A más de uno le he oído decir “Yo sé conducir”.
Perdona, pero meter primera y segunda en una urbanización o
un camino de tierra no es saber conducir, es tener una idea de cómo hacer
moverse a un coche. Incluso se lo oigo a los alumnos de autoescuela. “Yo sé
conducir”.
Lo siento, pero, estás aprendiendo a circular, que no es lo mismo.
Una vez superado el examen para la obtención del permiso de conducir, ello acredita
que tenemos unas mínimas aptitudes, conocimientos, y por qué no decirlo,
suerte. Pero eso no es saber conducir.
Con el tiempo, ganamos experiencia, y dependiendo de cada persona, llega el
momento en el que ya se considera un
conductor magnífico. Se dice que hay
tres tipos de conductores: los que no saben, los que saben, y los que creen que
saben. Al último pertenecemos casi todos.
Cuando uno presume de lo que sabe, cierra las puertas al
aprendizaje.
El arquetipo de conductor español es arrogante, se cree
mejor de lo que es, y eso influye luego en las malas apreciaciones o los
errores de medición. Cuando uno se cree que lo sabe todo….
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